Antoine parece no escuchar a nada ni a nadie: a sus alumnos, a sus compañeros a sus amigos, a sus colegas de trabajo, a sus amantes... Todos le exigen más atención y le recriminan su falta de concentración y empatía. Aunque hay una buena razón para que Antoine no escuche a nadie: aún es joven pero ha perdido mucha audición.Su nueva vecina Claire, que ha venido a vivir temporalmente con su hermana y su hija tras la pérdida de su marido, sueña con la paz y la tranquilidad. No es lo ideal tener de vecino al ruidoso Antoine, con su música estridente y su despertador que suena sin parar. Y sin embargo, Claire y Antoine están hechos el uno para el otro.
Estamos hechos para entendernos Comments (0)